La Pooabuela
Cuando sus hijas fueron a decirle que habían ido a preguntar a la residencia, la Pooabuela no entendió nada, se aturulló, escuchó la palabra residencia y decidió que de su casa no la movía nadie. Le intentaron explicar que sólo iría 3 horas todas las tardes y que se lo iba a pasar muy bien. La Pooabuela decía que no, que no quería dejar su casa. Al día siguiente, la Pooabuela seguía llorando, tenía una fila de santos encima de la mesa y le iba rezando uno a uno por un orden rigurosos, no sé cuál es el criterio de orden, ¿alfabético?, ¿por importancia de milagros?. El caso es que, después de meditarlo mucho y que se lo hayan vuelto a explicar, hoy voy a pedirle plaza. La Pooabuela es una señora muy activa, que le gusta mucho salir, tomar cafés, leer y ver la televisión como si no hubiera un mañana. Ahora no sale de casa, dice que no confía en sus piernas. Ahora ha vuelto a comer, está muy animada y seguro que el hecho de estar con alguna de sus amigas y coger una rutina escolar le viene muy bien. El otro día me preguntó a qué hora salía mi marido de trabajar, me horriricé, "Abuela, no es mi marido", ella, sin dudar, me contestó: "¿y qué es si vivía juntos?".