Tuesday, January 20, 2015

Flora y Florinda

Ay, en estos dos años no han pasado muchas cosas en mi vida, pero una de las más importantes ha sido el nacimiento de mis dos ninias. 

En agosto del 2012 AEP y yo decidimos adoptar a nuestras ninias, creando así una familia basada en el amor, la confianza y el respeto.

Al principio, teníamos que levantarnos cada tres horas para darles el biberón, ya que llegaron muy pequeñitas, con 10 días, alguien había decidido abandonarlas.



Por aquel entonces, AEP y yo decidimos ser solo casa de acogida y buscarles un hogar en el que poder ser felices. Pasaron los días, las semanas y los meses y yo, a escondidas, iba saboteando cada una de las posibles adopciones:

- ¿Tiene trabajo fijo?
- ¿Sale de noche?
- No lo veo muy centrado en sus relaciones personales.
- ¿Un regalo de cumpleaños para su hija?


Entonces, decidimos quedarnos con "la grande" y ponerle el nombre de Flora. Creo que todo el mundo sabía que nos íbamos a quedar a nuestras ninias. Días más tarde, llegamos a la conclusión (llegué a la conclusión) de que no podíamos separar a nuestras ninias, criadas y abandonadas juntas, y decidimos quedarnos también con "la pequeña", a la que le pusimos el nombre de Florinda.


Ahora somos una familia feliz.


Conclusión: si le das el biberón a un bebé te lo quedas, aunque sea un bebé de cucaracha :P

Wednesday, January 14, 2015

El funerario

Hubo una POO antes de AEP y yo sé que muchos la recordáis, me pasaba la vida intentando encontrar el amor en chicos que no tenían nada que ver conmigo, pero así iban pasando los años y yo iba sabiendo exactamente qué era lo que quería y deseaba para mí.

Muchos de esos chicos no los he vuelto a ver, de otros escapo por vergüenza o por posibles males de ojo que me puedan echar. Pero creo que no hay mejor sitio para poder escribir mis memorias que mi querido blog.

He decidido escribir algunas de estas anécdotas antes de que se me vaya la cabeza y empiece a inventarme o tergiversar las historias/ historietas de amor/ rollos que he vivido en mi adolescencia, mi post adolescencia y mi juventud, siempre antes de conocer a AEP.

Creo recordar que era invierno y que estaba con mis amigas en un pub, también creo recordar que no era un fin de semana, era más bien una víspera de festivo. Yo llevaba una falda naranja de pana, muy bonita que aún conservo y que me había comprado en Madrid, los tres meses que estuve en casa de mi prima.

En esa época yo estaba estudiando oposiciones y tenía un horario de estudio impuesto que tan solo me permitía tener uno o dos días libres a la semana, no lo recuerdo bien, lo que sí recuerdo es que no bebía alcohol como antes, en ese momento se me daba por beber zumitos para poder estudiar al día siguiente ¡MENTIRA! al día siguiente no tenía resaca, pero tenía sueño y dormía en vez de estudiar. Lo de la fuerza de voluntad nunca ha sido una de mis grandes virtudes.

Sigo que se me va la pinza, pues bien, ese día estaba con mis amigas y había un grupo de chicos al lado, uno era bastante más alto que el resto y no dejaba de mirarme (que yo nunca he sido guapa, pero he ligado mucho, yo creo que por la teoría de la accesibilidad, de la que ya os hablaré en otro momento), pues bien, empezó a hablar conmigo un montón y yo, que no había bebido, no estaba muy por la labor de ligar ni nada. Creo que nos fuimos del pub a la discoteca de moda del momento (que sigue siendo la discoteca de moda en la actualidad y en 1994 y en 2002 y en 2009...), allí me volví a encontrar con el chico, que ya me parecía más agradable y resultón y estuvimos mucho tiempo hablando hasta que, tras varias cobras, me besó, nos besamos.

Yo me tenía que ir pronto, quiero que recordéis que al día siguiente tenía que estudiar, así que me despedí de él y me fui, en ese momento me pidió mi número de teléfono y ya.

Días después recibí un mensaje (SMS) del chico  en el que me decía si podíamos quedar un día para dar un paseo por la tarde, yo le dije que me avisara que por qué no, si mi duro horario de opositora me lo permitía. Recuerdo que me quedó de llamar el sábado siguiente.

Durante lo días siguientes nos mandamos algunos mensajes, él como que insistía mucho en quedar el sábado y se le veía bastante ilusionado.

En definitiva, habíamos quedado en que el sábado me llamaría para dar un precioso paseo. Llegó el sábado y no me llamó.

Mi grado de indignación estaba a nivel 9.96 sobre 10, ¿cómo era posible que fuera tan pesado y que insistiera tanto en quedar y que no lo hiciera? la verdad es que estaba bastante enfadada y decidí no darle importancia, en otro momento de mi vida le hubiera mandado un SMS, pero en ese momento no lo hice, el chico no me súper gustaba, pero había herido mi ego, mi preciosos ego hinchado días antes.

Pasaron dos o tres días y yo seguía sin saber nada de él, en el fondo estaba jorobada, pero me decía a mí misma que no pasaba nada, hasta que, de pronto, recibí una llamada que creo recordar que fue algo así:

Poo: Hola.
Chico: Hola, te iba a llamar pero...
Poo: Ah, ¿habías quedado en llamarme?
Chico: Sí, te iba a llamar, pero tuve que trabajar el sábado.
Poo: Ah, ¿trabajas?
Chico: Sí, trabajo en una funeraria.
Poo: .....
Chico: El sábado tuve una urgencia, me llamaron para que llevara un cadáver a Ourense, era algo bastante urgente.
Poo: ....
Chico: Pensé en llamarte...
Poo:...
Chico: Pensé que sería buena idea llamarte y que me acompañaras.
Poo: ....
Chico: Se lo comenté a un amigo "y si le digo a la chica que me acompañe" y mi amigo me dijo: "¿estás loco? ¿cómo la vas a llevar en el coche fúnebre?" entonces me di cuenta de que no sería una buena idea.
Poo:.....
Chico: Entonces, luego no tuve el valor de llamarte y pensé en ponerte una excusa, pero empezamos a hablar y tuve que decirte la verdad.

Yo en ese momento sólo pensaba en lo divertido que iba a ser contar esta anécdota a mis amigas y mis nietos décadas después.

Total, quedamos un día para un café en el que me contó con pelos y señales su viaje a Ourense para llevar el cadáver. También me habló mucho de coches y de los caballos que tienen los coches y de uno de sus grandes sueños: tener un coche con muchos caballos.

Quedamos una vez y nunca más he vuelto a saber de él, ni yo lo volví a llamar ni él me volvió a llamar.

Sunday, January 11, 2015

Casamos! A historia de....

El otro día, y muchos días, me quedo enganchada a un programa que echan los jueves en la TVG, el programa se llama "Casamos" y va, como bien podéis intuir, de personas que se casan. Ay, el amor.

Yo estoy mega enganchada y, he de confesar que, a veces lo veo online desde la página de la propia televisión de Galicia. En este programa puedo hacer saltar todos mis sentimientos de amor- odio hacia las bodas. ME ENCANTAN LAS BODAS, pero también me dan mucha, muchísima vergüenza ajena, mucha mucha. La verdad es que hemos llegado a un momento en el mundo bodil en el que cada uno puede hacer lo que le dé la gana y tengo una especie de conflicto interior entre la vergüenza máxima que me dan las bodas tradicionales y lo paletas que me parecen las bodas mazo originales.

Pues bien, este jueves echaban los mejores momentos de las bodas de esta temporada y, en todas, hay una cosa que me llamó mucho la atención que quiero relacionar muy estrechamente con algo leí hace tiempo.

No sé dónde lo leí, pero me quedé con que la importancia de que alguien te caiga bien o mal no recae en los guay o divertido que sea una persona, recae directamente en el caso que esa persona te haga y en lo fuerte que pueda hacer crecen/ hinchar tu ego. Por ejemplo: conoces a alguien y le empiezas a contar lo guay que eres, la vida guay que tienes, los viajes guays que haces, etc. lo más probable es que a esa persona le caigas mal, fatal, lo que esa persona quiere es que la escuches y que ella te pueda contar lo guay que es, la vida guay que tiene y los viajes guays que hace.

Con todo esto, llego a la conclusión de que yo siempre he ligado así, siempre que alguien me ha entrado (que yo en mis tiempos mozos ligaba mucho) me dedicaba a contarle mi vida y cosas que yo pensaba que eran divertidas a un buen mozo que solo quería morrear (porque en mis tiempos se morreaba en las esquinas de las discotecas), si yo le gustaba se quedaba con gran paciencia a "escuchar" toda la chapa que yo le daba, si no era así se iba y fin, yo me quedaba con ganas de seguir contando lo duro que había sido el selectivo (ja).

Bueno, enlazo de nuevo con "Casamos", pues en este programa se les suele preguntar a las novias (casi nunca a los novios) por qué aman a sus futuros maridos y la mayoría de las respuestas de ellas tienen que ver son su bienestar: "es que me hace muy feliz", "me hace reír", "me trata muy bien, " a su lado me siento segura, a su lado no dudo, a su lado yo puedo volar". Nadie le dice al cámara: "me moja las bragas, me muero por él, me vuelvo loca".

Jo, y a mí me parece muy triste, es decir, creo que el amor también tiene que ser seguridad y que te traten bien y todas esas cosas, pero ¿dónde se queda todo lo demás?, ¿dónde?

En los últimos años he ido a muchas bodas, en fin.

Yo me quiero casar y quiero tener la boda más original del mundo, quiero que el fotógrafo retrate a la gente borracha y pasándolo bien, no quiero fotos al infinito, ni bailes coreografiados, ni tartas con espadas, quiero amigos, familia, gente a la que quiero de verdad, quiero hablarles a todos ellos, decirles todo lo que los quiero, quiero agradecerle a AEP que no faltara a la cita y quiero tener un vestido blanco muy bonito y ondas al agua. Quiero que me maquillen mis amigas, quiero que me peine mi amiga.

Como veis, mi boda sería una como otra cualquiera, llena de momentos que darían vergüenza ajena y de otros momentos que la harían muy original  a la vez que mazo paleta.

Pero vivimos en unos tiempos en dónde la libertad a la hora de elegir este tipo de cosas nos hace volar y ser cada vez más libres.

Buen domingo soleado, ideal para una boda.
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