Domingo, me despierto resacosa y pienso: "¡Yuju, hoy es la fiesta de la democracia!".
Visto que la noche anterior se demostró que en España eso de la democracia funciona. Decido ponerme mi mejor chándal e ir a votar.
Voy a votar y ayudo a una pobre anciana a votar al Senado, la pobre mujer no se enteraba de mucho (cosa normal, como la mayoría de los españoles) y me dice:
"Niña, ¿me puedes marcar las cruces para los rojos?", y yo, como soy tan chú y estaba en plena fiesta de la democraqcia, decido ayudarla (igual también porque iba a votar a los rojos y no a los azules).
Después de salir del estadio- yo voto en un estadio, no en un colegio-voy a desayunar y como es el día de la fiesta de la democracia, decido desayunar un buen café con leche cortito de café y un par de tostadas, es un día para festejar y tal...
Llego a casa y como, me quito el chándal y me pongo mi mejor pijama, veo con mi made
LAs 13 Rosas (no muy oportuna, pero este hecho bien merece una entradiña). Bueno, después hablo con Gabbo y con Ra y comento nuestras vidas.
Poco después de las ocho de la tarde, predecían una larga diferencia entre los rojos y los azules, a favor de los primeros, casi se me caen las bragas, y si a mí casi se me caen las bragas, estoy segura que las de mi abuela estaban en la casa de su vecina de abajo. Sí, mi abuela es muy roja y como ella dice
"Como Felipe no habrá ninguno igual". Al final vi con mi madre y con mi hermano el escrutinio mientras degustábamos un rico licor café. Total: doy gracias a los Dioses porque nadie ha conseguido la mayoría absoluta y les pregunto, de paso, qué cojones he hecho para que hayan incluído en los canales de mi tv el canal Intereconomía.