Besitos.

Cuando la Pooabuela aún no estaba jubilada, a veces, yo la acompañaba a su trabajo. La Pooabuela trabajaba en Hacienda y después de salir íbamos a comprar Besitos.´

Los Besitos se compraban en una pastelería en la Peregrina, donde ahora hay una tienda de fotos.

Los Besitos eran irregulares, como las Pastas Reglero, y estaban hechos con las sobras de los pasteles. Los Besitos estaban rebuenos.

Los Besitos costaban 5 pesetas cada uno y mi abuela me decía, te voy a dar unos besitos, entrábamos en la Pastelería y dejaba que yo, medio sonrojada por la emoción, le dijera a la dependienta: "¿Me das unos besitos?".

Pasaron los años y la Pastedería cerró y yo me olvidé los de los Besitos. Hace un par de años en una de las cadenas de Pastelerías de la ciudad los volví a ver, ya no eran irregulares y eran mucho más grandes que los de antes, no saben igual pero están muy buenos.

Le cuento a todo el mundo la historia de los Besitos y nadie lo recuerda, si alguien lo recuerda que se manifiesta.