VIDA Y AMORES DE CASANOVA. ( Joan Llarch)

Su regreso a Venecia causó el natural estupor, apareciendo vestido con su deslumbrante y fantástico uniforme , creado a capricho de su desbordante fantasía. Su proyecto es sacar un pasaje para Corfú y después llegar hasta Constantinopla. Cierto que viste un uniforme, pero sin pertenecer a ejército alguno es como si vistiera un dizfraz, pero fácilmente lo resuleve. No tarda en adquirir por un centenar de cequíes el puesto de un teniente veneciano que, con la simulación de una enfermedad, quiere librarse de ir a Corfú,
Pero para ese hombre singular,que todo lo cifra en la aventura , en el azar y en el amor, los días que pasa en Venecia son tiempo perdido, porque para él, todo lo que no es juego, la diversión y las mujeres, con indiferencia de la clase social a la que pertenezcan, todo lo demás sólo es una cosa: tedio. Y cuando él acomtete y lleva a cabo, en realidad no es otra cosa que,en su entraña, la expresión de un hastío de la vida que sólo merece llenarse con el placer. La naturaleza le ha dotado de metal y arderías naúticas. Una figura en la que la naturaleza ha volcado sin medida y generósamente toda clase de dones físicos, convirtiéndolo en un tipo de varón de extraordinaria armonía. Su belleza no es la de un efebo delicado y con rasgos hermafroditas, sino todo lo contrario. Posee toda la apariencia equilibrada y segura de un hermoso semental. inagotable. Y las mujeres que, en su calidad de hembras, lo presienten al instante y lo reconocen como señor de sus instintos. Él lo sabe y no ruega, más para seguir el juego de la especie, pero a sabiendas y ya de antemano seguro de que él será el vencedor. Porque además es firme, no valicla, sabe que lo que pretende le pertenece por el propio derecho se su osadía, de derecho de conquista. Tiene unos labios sensuales perfectamente delineados, y, debajo de éstos, el mentón es voluntarioso, salido audazmente como la proa de un trirreme griego. Su frente es amplia, despejada y elevada; la envidiaría el más alto poeta y también algo de esta cualidad posee el caballero de Seingalt. Sabe versificar, pero en esta arte, como en la musica, al ejecutar con el violín, nunca se entrega, es simplemente una acrobacia de su inteligencia, más no de su sensibilidad, porque ésta es sólo una pirueta superficial. En este hombnre singular, todo en él es extraordinario; sus diverdad manifestaciones responden a unos cánones perfectos, más contiene un fallo, que es un gran vacío, al que se puede atribuir todo su despego de cuanto no sirve a sus sentidos. Casanova, el caballero de Seingalt, carece de conciencia. Y a él, ni siquiera le imporata; carece de ética, y esto es lo que a veces le hace impío, escéptico respecto a sus semejantes. En ninguna ocación aparece un rasgo de caridad hacia el prójimo. La vida es sólo para él y para él. Todo lo demás le es extraño, si no sirve a la satisfacción de su placer.





Lo único que me fastidia es no haber vivido en el S. XVIII y habérmelo tirado. Jo. Me ha gustado tanto sus memorias que me las he acabado y las he vuelto ha empezar, todo el mismo día.