Culo gordo

Como soy un poquito experta en hacer precisas relaciones entre los sentimientos y los complementos y prendas de vestir, pues voy con una de mis comparativas. En esta ocasión voy a hablar de los pantalones y de los culos gordos.

Todas aquellas personas que tienen el culo gordo, dentro de las que, claramente, me incluyo, sabrán perfectamente de lo que voy a hablar. Las que no tienen el culo gordo seguro que tienen pechos pequeños, o grandes, o narices feas, orejas enormes o cualquier otro complejo que hagan ponerse en la piel de esta vuestra querida POO.

Pues bien, cuando tienes el culo gordo te gusta ponerte pantalones que no le van muy bien a tu culo, te pruebas el pantalón, te entra alegremente, pero descubres que no, que no te sienta bien, pero te gusta tanto que te da igual. Lo compras y te lo llevas a casa. Cuando empiezas a convivir con el pantalón empieza una relación de amor- odio con él. Tú lo quieres, pero no es para ti, te lo pones y sientes que te aprieta o que vas haciendo el ridículo, te duele, te duele querer tanto algo y saber que no está hecho para ti.

Entonces, piensas que, quizás, adelgazando puedas llegar a mantener una relación perfecta con el pantalón, haces un esfuerzo (lo haces tú, porque al pantalón le da igual) y, una vez que has reducido el tamaño de tu culo considerablemete, te das cuenta del error: el pantalón sigue sin quedarte bien, el pantalón no era para ti y seguir intentando tener una buena relación con él va a ser dañino para tu salud mental y tu cuerpo. Tienes que dejar que el pantalón sea encontrado por otra persona a la que le siente bien y tú encontrarás otro pantalón, con otra forma, que te hará feliz y que te quedará muy bien.

Se han dado casos, muy raros, en los que adelgazas y el pantalón te sienta bien, pero casi siempre el pantalón hace un esfuerzo por entrar en tu cuerpo y hacerte sentirte bien, si el pantalón permanece inerte, la relación persona- pantalón está predestinada al fracaso.

Entonces, sucede, encuentras un precioso pantalón con el que te encuentras guapa, que te hace feliz y con el que puedes verte al espejo sin temores.

Puede ser que, de vez en cuando te cuerdes de aquel pantalón que no estaba hecho para ti, pero hay que ser fuerte y no echar la vista atrás.

Dedicado a esos pantalones que hace felices a tantas mujeres todos los días.