Wednesday, April 18, 2012

La maldita vejez

La vida puede ser muy bonita, ¿por qué no? Hay personas que nacen con estrella y la vida no es un reto diario, es un camino fácil en el que todo viene dado y la mayor precupación que tienen es una tontería que para otras personas sin estrellas es algo banal.

No obstante, cuando las personas se enfrentan a la vejez lo pueden hacer de varias formas, aquí ya no cuenta demasiado la estrella, sino lo que has ido sembrando en la vida.


Envejecer rodeado de tus seres queridos es algo muy bonito que no todas las personas pueden vivir; una de las cosas más terribles es vivirlo y no sentirlo, morir de una de esas enfermedades en las que no vas recordando a las personas que más quieres, ¡qué terrible! Me contaba AEP que su abuelo se enfadaba con el señor del espejo del ascensor (su reflejo) que era un maleducado y que no saludaba cuando él entraba en el ascensor y le regalaba un ¡Buenos días!

¡Qué terrible!

El no conocer a las personas que amas es terrible, pero también es terrible ser conciente de que el final está cerca y que, poco a poco, estás cambiando y ya no eres tú.

Yo viví eso con la Pooabuela, poco a poco se fue apagando, ya no le hacía caso a la televisión, ya no leía, estaba como ausente, pero era consciente de que poco a poco su final estaba llegando.

Días antes de morir no quería a nadie con ella en la habitación del hospital, le dolía ver que la vieran así, ella siempre tan fuerte, tan mujerona. ¡Qué triste!

No ha pasado ni un año desde que ya no existe porque ya no existe y asumir ésto es muy duro.

Ahora tengo miedo a la vejez, no a la mía, a la de la gente que amo, tengo miedo a volver a vivir lo que he vivido con la Pooabuela, eso no me hace avanzar con seguridad y hago cuentas pensando en los años que le pueden quedar de autonomía a las personas que amo, qué tontería tan grande, total, mañana tienes un accidente con un coche y te mueres joven o te diagnostican una enfermedad y se va todo a la mierda.

En definitiva, la muerte de los seres queridos es terrible, la ausencia de los mismo es horrorosa.

El otro día contaba Mercedes Milá que su padre (que ha muerto hace unas semanas con 93 años) empezó a perder facultades y que, por ejemplo, cuando veía un partido de fútbol no era capaz de distinguir entre un gol real y la repetición del mismo y que, al final del partido, sumaba mucho goles. Es gracioso, sí, pero también es muy triste. Es muy triste ver como alguien decrece. No sé..

Quiero pedir perdón por este post lleno de apuntes y de oraciones que no están demasiado entrelazadas.

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